La pieza reflexiona sobre el carácter contextual y desafortunado en los procesos de
construcción de la alteridad, apuntando en la dirección de que lo que realmente une
las diferentes culturas es el hecho que cada una de ellas se considerara simplemente
superior a las demás.
Las ruinas de la civilización son de carácter moral y no forman parte del pasado sino
del presente. Son un fracaso compartido.